Estos ultimos dias Cuba y Venezuela han dado sendas demostraciones de su lenguaje de trinchera. Expresiones como las que veremos mas adelante se vienen repitiendo como un leit-motivo cada vez que las criticas de la prensa y la opinion publica mundial apuntan hacia esos paises. Como muestra algunos ejemplos:
Raul Castro en la clausura del IX Congreso de las Juventudes Comunistas:
- «La vacilación es sinónimo de derrota. No cederemos jamás al chantaje de ningún país o conjunto de naciones por poderosas que sean, pase lo que pase», aseguró Castro. «Si pretenden acorralarnos, sepan que sabremos parapetarnos», fue la advertencia, dirigida a los que pretenden «arrodillar» a la revolución.
- O esta otra: «Celebramos este Congreso en medio de una de las más feroces y concertadas campañas mediáticas contra la revolución cubana en sus 50 años de existencia»
Esto supone que para exponer estas lineas en este blog, yo mismo me hubiese concertado con esta pretendida campaña mediatica. Pero mas adelante y en la misma oportunidad se arroga Castro la suerte de todos los seres humanos que vivan en suelo cubano, como un padre decide sacrificar a toda su familia por honor.
- «Este país jamás será doblegado por una vía u otra; antes prefiere desaparecer como lo demostramos en 1962 [durante la crisis de los misiles]» (sic)!!.
Es decir que la vida de cada mujer, niño o anciano cubano esta según Raul Castro ligada al ideal de la Revolución. Claro, es la Patria o la muerte. Pero no la muerte para quienes adhieren a la idea sino para todos. Esto se parece en algo a esas sectas que se suicidan en grupo.
En la misma batalla se encuentra la Venezuela de Chavez. El Comandante celebraba ayer el Bicentenario de la Independencia declarando:
- «Hemos puesto en marcha una nueva doctrina militar: la guerra de todo un pueblo. Al imperialismo y al imperio no hay que subestimarlo, pero tampoco hay que temerle».
Mientras, cada batallón de soldados que trotaba frente a la tribuna presidencial ensayaba un grito de guerra:
- «Soy paracaidista, soy submarista, soy un socialista, antiimperialista», voceaba un batallón. «Patria socialista, viva Venezuela», cantaba otro.
Algunos amigos míos de izquierda han estado simpatizando con ambos procesos, el cubano y el de Chavez y yo les pregunto si repetir mil veces Patria o muerte hará caer el «imperialismo». Si el imperialismo no se encuentra acaso en los directorios de las grandes corporaciones, en los gabinetes de ciertos abogados, en la manipulación de nuestras necesidades básicas, por parte de ciertos publicistas, de nuestras conciencias por parte de ciertos periodistas, de la marcha de la economía por parte de ciertos ministros, de la marcha de la finanza por parte de tanto especulador?. Y en definitiva y porque no, dentro de nuestros propios cerebros ya desde tanto tiempo manipulados?.
Entonces menos frases huecas, menos esloganes y mas debate con ideas propias si es posible.