Douglas Tompkins, acusado de todos los males ambientales en Chile.



Se dice que la mejor defensa es el ataque. Esto es lo que habrían comprendido algunos personeros políticos a raíz de un artículo editorial aparecido en el New York Times sobre el impacto en la Patagonia, de la propagación del virus ISA, de la contaminación de mares y de generar problemas laborales.

«La editorialización en el diario New York Times ( escribe la pagina de Chile Sustentable ) de los conflictos ambientales asociados a la idea de represas ríos de la Patagonia y el impacto de las salmoneras ha dado a pie a desmedidas reacciones de los ministros de Interior, Energía y del vocero del gobierno, quienes se han embarcado irracionalmente en una campaña de descalificación de la prensa internacional.»

Así declaran que “Chile no necesita que vengan a enseñarnos cómo hacer las cosas»; designan enviado especial -«mega-relacionador público»- para desmontar cualquier referencia que desluzca la estereotipada ‘imagen país’, marketeada en función de la inserción comercial; e inician una caza de brujas, en búsqueda de chivos expiatorios que permitan sortear el mencionado bochorno internacional.»

Y en parte la culpa sería de Douglas Tompkins, Entonces, a Tompkins le dan el recado por la prensa de que podría anularse su visa (nada nuevo, ya lo hizo antes Belisario Velasco durante el gobierno de Frei) y a los locales los amenazan con «aumentar los niveles de control» sobre las organizaciones no gubernamentales (ONG), además de anunciar un dispositivo especial de control de su financiamiento.

Y concluye Chile Sustentable, «en el caso de Tompkins, es la propia autoridad la que resuelve desde hace 18 años su situación legal y sus finanzas son visadas por el Comité de Inversiones Extranjeras. En tal sentido, es insolito que con actitudes chauvinistas se pretenda ignorar que la protección de regiones prístinas y biodiversas como el Amazonas o la Patagonia es, desde hace décadas, causa de común de la humanidad y que la alimentación, para la que se cultiva salmones, es asunto sensible para los consumidores de todo el orbe.»

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About Hugo Orell

Soy americano del sur. Formo parte de una cultura que se asienta en Europa, aunque se desliza hacia los Estados Unidos estos últimos 45 años. En mi país la influencia del modo de vida de la primera mitad del siglo pasado, es europea. Mis antepasados traen a Chile desde España arte culinario, tertulias, arquitectura y moda. Francia es un país soñado por toda la aristocracia chilena de la época. Los chilenos crean la leyenda de “Chile: Suiza de américa del sur“. Una literatura germánica me hace soñar con un territorio ideal que estaría situado en la zona de la Baviera del sur alemán, con ciudades medievales, donde sabios artesanos contribuyen a crear la riqueza del modo de vida de las clases burguesas europeas. Ciudades como Brujas, Salzburgo, Estrasburgo, Amsterdam, me hacen soñar con sus astrónomos, pintores, conventos y catedrales. Quizás la influencia de mis lecturas de adolescencia, donde Herman Hesse juega el primer papel. El destino hace que sintiéndome profundamente chileno, y habiendo participado activamente en la aventura liberadora del proceso popular chileno, en la época de Salvador Allende y de la Unidad Popular, me encuentro viviendo desde hace mas de 35 años en Suiza.

Una respuesta a “Douglas Tompkins, acusado de todos los males ambientales en Chile.

  1. Thompkins es una vergüenza para este pais, y las políticas de administración de los recursos naturales de este país lo son tambien, esto es como si le dijeran a uno que porque no sabe cuidar el jardín de su casa entonces se lo paso a otro para que lo cuide, sin antes haber hecho lo posible por enseñar a nuestros hijos a cuidarlo. En realidad la deficiencia no es de Thompkins sino de las políticas de administración de los RR naturales de nuestro pais. el problema no se va a resolver si lo hechan, las políticas deben cambiar, debería darse prefernciua a la colkonización por parte de los nacionales con el financiamiento del estado o en su defecto de ONG mundiales que les interese la preservación y el desarrollo sustentable de esas regiones. Con-nacionales esto es solo la punta del Iceberg, pues quienb asegura que esas tierras sean destinadas a otros fines en el futuro de mediano plazo, cuando Thompkins muera o a las instituciones que le financian les interese darles otro fin, incluso darselas a extranjeros, y que pasaría con la soberanía nacional, en realidad son muchas cuestiones que emergen debido a tal situación.

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