Se dice que la mejor defensa es el ataque. Esto es lo que habrían comprendido algunos personeros políticos a raíz de un artículo editorial aparecido en el New York Times sobre el impacto en la Patagonia, de la propagación del virus ISA, de la contaminación de mares y de generar problemas laborales.
«La editorialización en el diario New York Times ( escribe la pagina de Chile Sustentable ) de los conflictos ambientales asociados a la idea de represas ríos de la Patagonia y el impacto de las salmoneras ha dado a pie a desmedidas reacciones de los ministros de Interior, Energía y del vocero del gobierno, quienes se han embarcado irracionalmente en una campaña de descalificación de la prensa internacional.»
Así declaran que “Chile no necesita que vengan a enseñarnos cómo hacer las cosas»; designan enviado especial -«mega-relacionador público»- para desmontar cualquier referencia que desluzca la estereotipada ‘imagen país’, marketeada en función de la inserción comercial; e inician una caza de brujas, en búsqueda de chivos expiatorios que permitan sortear el mencionado bochorno internacional.»
Y en parte la culpa sería de Douglas Tompkins, Entonces, a Tompkins le dan el recado por la prensa de que podría anularse su visa (nada nuevo, ya lo hizo antes Belisario Velasco durante el gobierno de Frei) y a los locales los amenazan con «aumentar los niveles de control» sobre las organizaciones no gubernamentales (ONG), además de anunciar un dispositivo especial de control de su financiamiento.
Y concluye Chile Sustentable, «en el caso de Tompkins, es la propia autoridad la que resuelve desde hace 18 años su situación legal y sus finanzas son visadas por el Comité de Inversiones Extranjeras. En tal sentido, es insolito que con actitudes chauvinistas se pretenda ignorar que la protección de regiones prístinas y biodiversas como el Amazonas o la Patagonia es, desde hace décadas, causa de común de la humanidad y que la alimentación, para la que se cultiva salmones, es asunto sensible para los consumidores de todo el orbe.»
Thompkins es una vergüenza para este pais, y las políticas de administración de los recursos naturales de este país lo son tambien, esto es como si le dijeran a uno que porque no sabe cuidar el jardín de su casa entonces se lo paso a otro para que lo cuide, sin antes haber hecho lo posible por enseñar a nuestros hijos a cuidarlo. En realidad la deficiencia no es de Thompkins sino de las políticas de administración de los RR naturales de nuestro pais. el problema no se va a resolver si lo hechan, las políticas deben cambiar, debería darse prefernciua a la colkonización por parte de los nacionales con el financiamiento del estado o en su defecto de ONG mundiales que les interese la preservación y el desarrollo sustentable de esas regiones. Con-nacionales esto es solo la punta del Iceberg, pues quienb asegura que esas tierras sean destinadas a otros fines en el futuro de mediano plazo, cuando Thompkins muera o a las instituciones que le financian les interese darles otro fin, incluso darselas a extranjeros, y que pasaría con la soberanía nacional, en realidad son muchas cuestiones que emergen debido a tal situación.